La transformación digital de las empresas es algo imparable y las empresas que no se adapten se verán superadas por la evolución de los mercados y la competencia.
Todos los mercados se están viendo afectados por la transformación digital. No me refiero sólo a los mercados que son referencia como los viajes, la música, banca (en 2014 BBVA ha compró Simple Bank) o seguros, sino que todo lo que tenga una comercialización se va a ver transformado.por extraña o lejana que nos parezca.
Amazonfresh está amenazando a los distribuidores tradicionales de Horeca, Instacart está cambiando la forma de hacer la compra, Tiendanimal la forma de comprar la comida de tu mascota y hasta pedir un simple taxi está evolucionando desde mytaxi, y estos son sólo algunos de ejemplos de sectores.
La transformación digital no es cuestión de hacer una página web y tener perfiles en las redes sociales, se trata de una revolución que afecta a toda la empresa y a todos los procesos a través de la tecnología.
Para que la transformación digital tenga éxito, debe ser planificada en diferentes fases:
Fase I: Mercados y Clientes.
Se trata de conocer hacia dónde va el mercado y cómo aportar valor al cliente. Los clientes evolucionan en sus necesidades y en su adaptación de la tecnología. No se trata ya sólo de los millenials sino de todos aquellos que tengan un smartphone.
La innovación es otra de las claves para desarrollar el mercado. Muchas veces los clientes no saben lo que quieren hasta que lo ven, pero al final solo hay dos vectores de innovación que funcionan. Más fácil o más barato.
Como ejemplo, fintonic , una app que organiza automáticamente todos los gastos que haces por el banco. Sincroniza tus cuentas y sabe cuánto gastas y en qué
Para conocer cómo están evolucionando los mercados, hay numerosos informes, pero recomiendo los análisis de Gartner Group y la serie de Future of de Psfk.
https://www.slideshare.net/slideshow/embed_code/key/fDIg1FRDOng73v
Fase II: Procesos a transformar
La transformación digital no sólo afecta a la relación con los clientes sino a todos los procesos internos. En este sentido, el Big Data nos ayuda a conocer mejor a los clientes y los procesos internos, y herramientas como la nube nos ayudan a ganar productividad interna.
Saber cómo consumen nuestros clientes actuales o potenciales, mejorar los procesos comerciales, optimizar la logística, reducir los trámites administrativos o eliminar el papel son algunas de las muchas mejoras de la transformación digital.
Para agilizar los cierres y tener firma electrónica en los contratos podéis usar Signaturit y para mejorar las rutas de los comerciales y geoposicionar sus visitas podéis usa Forcemanager
Fase III: Personas y medios
Dirigir las compañías hacia la era digital no es tarea fácil, es una decisión estratégica y la dirección debe estar completamente involucrada. El primer paso es elegir al Digital Manager, el responsable de liderar el proceso de cambio.
El personal de la empresa debe estar familiarizado con la tecnología y sobre todo tener una actitud proclive a los cambios y a cómo mejorar los procesos a través de la innovación. No hay que ver lo bueno que eran los empleados en el siglo XX, hay que evaluar si son los empleados que necesita tu empresa en el siglo XXI, si la respuesta es negativa, o lo formas o los cambias. La pérdida de productividad y competitividad sale mucho más cara.
Por supuesto, todo este cambio debe estar dotado de un presupuesto, tanto de desarrollo de las nuevas aplicaciones y equipos informáticos adecuados, como de la formación de las personas que al final van a llevar a cabo la transformación digital.
Y para coordinar todo el trabajo e intentar alcanzar el éxito, debe haber un calendario de las acciones, con responsables identificados y medios adecuados.
Como herramienta para comenzar a tener una idea sobre la competitividad digital de tu empresa, puedes empezar con el informe que realiza Indicex. Analiza 40 puntos y es gratuito
La transformación digital no es un camino cierto, ni siquiera la tecnología que implantemos ahora puede que sobreviva 5 años, pero lo que sí es cierto es que la empresa que no tenga una actitud proactiva al cambio lo va a pasar mal.